1. Estoy totalmente de acuerdo con lo expuesto en el vídeo y también con los comentarios que cada uno hace desde su ámbito. Es cierto que la información es primordial para que la ciudadanía sepa que se hace con sus impuestos y es un derecho inalienable que la tenga a su alcance. Pero cabe destacar que también se habla de que la información, en ocasiones, es poco clara y poco accesiible para la gente. De hecho, varias personas, se quejan que se enteran de lo que pasa por las noticias, por la prensa y la televisión. Esto hace que la información que reciben no sea certera al 100% (por el rasgo ideológico que pueda tener el canal que emita esa información) y, además, no se detalla en qué se gastan sus impuestos. Simplemente se enteran de las grandes obras, pero no en el detalle del presupuesto.
Por lo tanto, como también se dice hay que promover una información de fácil acceso, entendible: para que realmente sea, como se explica en el vídeo, una herramienta útil imprescindible para la democratización y el control ciudadano sobre la política. Ciertamente, la comparación en el marco de los diferentes países y su grado de transparencia (México se sitúa en la franja media) es buena porque obliga a las administraciones a ir superándose en transparencia. O, como mínimo, así de bería ser.
2. En general, estoy de acuerdo con los comentarios hechos por mis compañeros. La más importante es la técnica, porque hay que hacer sistemas que sean accesibles y entendibles para todos, no sólo para la gente formada o más joven. El sistema actual de las páginas web queda muy lejos del alcance de una buena parte de gente mayor de la población española. Hace falta utilizar también otros canales: asambleas informativas por barrios, documentos accesibles y fáciles de leer... Aunque, evidentemente, el futuro, cada vez más, pasa por el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Coincido con Dani Fernández, que se trata de dar la información concreta de cada proyecto, de cada gasto...
Desgraciadamente, también coincido con la percepción de Manuel Bustos de que hay muchísima gente que no tiene interés por conocer lo que hacen las administraciones y sólo se guía por los grandes titulares. Esa es una tendencia que hay que ir revertiendo poco a poco.
3. Mi experiencia en la administración pública es positiva, porque la página web ofrece la información que demanda la Ley de Transparencia. Ahora bien, confieso mi error de que, por ejemplo, en la ciudad que viven mis padres, Barcelona, nunca hemos buscado ninguna información relativa a un proyecto en los canales oficiales. Siempre nos hemos dejado llevar por lo que han dicho los vecinos, los folletos informativos o publicaciones municipales que llegaban a casa (que, por desgracia, por motivos presupuestarios se han dejado de hacer) y por los titulares de prensa, radio y televisión.
En resumen, el avance en cuánto a publicación de la información que requiere la Ley ha sido espectacular en los últimos años pero ahora hay que hacer énfasis en que la ciudadanía lo sepa y acceda a ella. En caso contrario, será muy difícil continuar avanzando de forma eficiente en este ámbito.
Coincido con Paco Bustos que la Ley de Transparencia es un gran paso pero que hay que seguir avanzando. Además, la puesta en duda permanente de las instituciones (en ocasiones con titulares sensacionalistas) hace que la ciudadanía, a pesar de estos mecanismos de información y accesibilidad, ponga en duda todo el sistema. Creo que hay que aportar desde todos los ámbitos para recuperar esa confianza en la política y en el sistema democrático. Un ejemplo claro en Catalunya ha sido todo lo que ha acontecido alrededor del anterior presidente de la Oficina Antifraude que, estoy segura, realiza una excelente labor como institución. Pero los titulares provocados por las conversaciones filtradas hacen que esta Oficina haya perdido su credibilidad ante mucha gente.
En esta línea todos tenemos nuestra responsabilidad y hay que seguir avanzando para recuperar la confianza en las instituciones y erradicar la corrupción.